domingo, 14 de noviembre de 2010

Medinaceli ¿un rito bárbaro?

Cuando te desplazas a lugares como Medinaceli o Tordesillas sientes cómo pasan los siglos hacia el pasado; el estrés y superficialidad comercial y mercantil de nuestra sociedad queda por un momento paralizada para recordarnos que seguimos siendo humanos, humanos con la necesidad vital de compartir e interiorizar un ritual que necesita obligatoriamente una reflexión que pocos están dispuestos a asumir para sentir el significado de la lanza en Tordesillas y del fuego en Medinaceli.



El 13 de noviembre marca la fecha al Toro Jubilo de Medinaceli, otro de esos ritos "bárbaros" que a los españoles les gusta tanto celebrar, un ritual impregnado de cortante frío y magnífico simbolismo que reúne a una sociedad heterogénea que convive y comparte la barbarie para sentir lo que otros ya quisieran y que por desgracia no se encuentran capacitados; capacitados para asumir su propia barbarie impresa en el ADN del ser humano y ejecutar el rito que nos acerca a nuestra realidad de ser simbólico. Y es que nuestra sociedad de plastilina pide a gritos la recuperación de los ritos que tantos valores humanos transmiten, pero el mecanismo social actual ha dejado inválidos a los cerebros para resistir la pureza de un rito real, por ello el Toro Jubilo de Medinaceli y el Toro de la Vega en Tordesillas, ritos de pureza máxima no aptos para blanditos, representan el objetivo principal de aquellos que prefieren focalizar su barbarie hacia el igual que hacia el animal totémico y dejar así de lado los citados valores humanos que nos proporcionan estos ritos en los que el humano es más humano y el animal más animal, en los que la unidad del ser humano vence al espíritu del mal representado en el toro, un espíritu del mal tantas veces presente en nuestra sociedad en diversas formas pero que sin la experiencia del rito nos hace más blandos, más alejados de la realidad y estúpidos en nuestras afirmaciones confundiendo incluso a los animales con humanos y viceversa, siendo capaces de aplicar violencia antes sobre los humanos que sobre el animal al que en realidad debemos matar para vivir ¿qué hay más natural si no que hacer lo que la naturaleza nos dicta?.
Por todo ello les invito a que el próximo año acudan a Medinaceli les gusten o no los toros, solo vayan para sentirse más humanos y recuperar lo que la sociedad superficial quiere borrar para hacernos simples y blanditos incapaces de enfrentarnos a la dura realidad, una realidad que a diferencia del ser humano no cambia y sigue siendo tan hostil como lo ha sido siempre. Escapen pues de la realidad prefabricada de la sociedad moderna y vuelvan a tener contacto con sus raíces para recordarse de dónde vienen y recuperar la perspectiva.

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